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Caminando juntas a través de Adviento: Primera Parte

autora: Ruth Walker

Dios ama a las mujeres. Él ama a las mujeres cristianas. Él ama igualmente a las mujeres musulmanas. Dios ama a todas las mujeres. Ellas son importantes para Dios. En una época en la que no todas las culturas o países celebran este hecho, necesitamos escuchar esta verdad bíblica una vez más. Nunca dude ni por un momento que las mujeres son importantes para Dios.

Durante las próximas semanas previas a la Navidad, veremos más de cerca a una mujer verdaderamente notable en las Escrituras. Ella sirve como un hermoso modelo de fe y obediencia, y su historia demuestra vívidamente el alcance insuperable de nuestro Dios al traspasar la cultura y las costumbres para enviarnos a su Hijo.

Lucas 1:26 dice: “Al sexto mes del embarazo de Elisabet, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, un pueblo de Galilea.” Nazaret era un pueblito en medio de la nada. Ninguna ruta comercial pasaba por allí en el momento en que Gabriel se le apareció a María. Los eruditos creen que solo unos pocos cientos de personas vivían allí. Más tarde, Natanael se burlaría en Juan 1:46: “¿Puede salir algo bueno de Nazaret?” Claramente, no había nada especial en Nazaret. Sin embargo, Dios consideró que este pueblecito insignificante merecía su atención. Asimismo, Dios sabe dónde estamos hoy; él sabe dónde vivimos. él sabe dónde viven los millones de mujeres musulmanas. Él ve a cada una. Él las está trasladando soberanamente a nuestras ciudades y vecindarios y organizando citas divinas. Nuestro Dios es perfecto con la geografía.

En Lucas 1:27 leemos de “una virgen comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente de David. El nombre de la virgen era María.” En el pueblo de Nazaret, encontramos a la joven María haciendo su vida diaria. El ángel se le apareció de repente y sin previo aviso. De la misma manera, mientras realizamos nuestras tareas habituales, el plan de Dios se está llevando a cabo. ¿Cuántas veces aparentemente hemos estado ocupadas en nuestros propios asuntos solo para darnos cuenta que es el Señor quien está orquestando nuestros pasos e intersectando nuestras vidas con preciosas mujeres musulmanas? En cualquier momento dado, nuestras vidas pueden cambiar dramáticamente. ¡Cómo desea Jesús aparecer cuando menos lo esperamos!

Los eruditos bíblicos creen que María era bastante joven, entre doce y dieciséis años. Es muy probable que fuera de una familia campesina pobre y sin educación. Hay un importante elemento transcultural en acción en la narrativa navideña que no podemos pasar por alto. En la cultura judía de esa época, a las mujeres se les otorgaba estatus en la comunidad, la familia y todos los demás aspectos de la vida en dependencia de su esposo y su capacidad para tener y criar hijos. ¿Cuándo envió Dios su mensaje transformador a María? ¡Antes de casarse, antes de tener hijos, mientras era una joven virgen sin otra forma de ganarse su lugar en la sociedad! Dios eligió aparecerse primero a María en vez de a su futuro esposo, aun cuando en la cultura judía era el hombre quien daba a la mujer el estatus y el reconocimiento. Las mujeres musulmanas también entienden muy bien este escenario cultural. Incluso hoy, pueden identificarse con María y su lugar y posición. ¡Qué maravillosa oportunidad y qué puerta abierta tenemos para compartir con ellas del Dios que les otorga valor eterno!

El mensaje de Dios para su pueblo al elegir a una virgen de un pueblo pequeño e insignificante es deliberado: ninguna habilidad, conexión, relación, riqueza, educación, obras o cualquier otra cosa puede ganar su favor y mérito. ¡Este es el mensaje de Dios para nosotras hoy también! ¿Vemos de nuevo cuánto Dios ama y valora a las mujeres? ¿Cuán intencional puede ser Dios para cambiar nuestra cultura y forma de pensar en el proceso de transformarnos a su propia imagen?

Al dar un paso de fe y obediencia en esta temporada festiva para acercarnos a nuestras amigas y vecinas musulmanas, hagámoslo con la certeza de que nuestro gran Dios nos ve y nos conoce. Él ve a nuestras amigas musulmanas y las ama mucho. Qué maravillosa verdad podemos compartir con ellas... de mujer a mujer.

*La autora escribe bajo el seudónimo de Ruth Walker.