Guía introductoria para orar eficazmente
autora: Diga Hola
LO QUE SABEMOS
Muchas mujeres cristianas estarían de acuerdo en que debemos orar más por las mujeres musulmanas, pero la mayoría de nosotras carecemos de suficiente conocimiento sobre ellas para orar eficazmente. Las intercesiones con conocimiento de causa son esenciales para mover el corazón de Dios en favor de las mujeres musulmanas. También son clave para hacer crecer nuestro amor por ellas. Cuanto más eficazmente oramos, más anhelamos compartir nuestra existencia con ellas y amarlas personalmente como Jesús.
Desde el principio, podemos estar confiadas en que, aunque no sepamos mucho acerca de las diferencias entre sus creencias y prácticas de fe y las nuestras, las mujeres musulmanas son mujeres, punto final. Entonces, en lugar de comenzar con lo que desconocemos sobre ellas, deberíamos comenzar con lo que nosotras, como mujeres cristianas, sabemos acerca de Dios. Si tuviéramos que reducir todo lo que sabemos acerca de Dios a cuatro declaraciones breves, ¿qué dirían?
En medio de un momento extremadamente difícil, una joven madre descubrió la respuesta por sí misma, y probablemente para muchas chicas como ella. Ella dijo: “Esto es lo que sé.”
Soy una hija de Dios. (1 Juan 3:1)
Él me ama incondicionalmente. (Juan 3:16, 1 Juan 3:16, Romanos 8:38-39)
Él volverá por mí. (Juan 14:1-4)
Las circunstancias podrían tornarse difíciles, pero siempre puedo confiar en él. (Is. 41:10, Sal. 28:7, Sal. 91:2, Sal. 112:7, Pr. 3:5-6, Ro. 8:2, Dt. 31:6)
Nuestra relación personal con Cristo, lo que él mismo ha demostrado ser en nosotras por su Palabra y su trato con nosotras, nos guiarán hacia la forma en que debemos orar por los musulmanes. Para nosotras, esta confesión de cuatro líneas exuda una verdad vivificante y sustentadora de vida, por lo que podemos interceder con gratitud, adoración, seguras de todo lo que está por venir, confiando en un Dios que nunca falla ni nos abandona. Estas verdades que conocemos bien reflejan la misión manifiesta de Dios a toda la humanidad desde el principio de los tiempos, pero son verdades que la mayoría de los musulmanes nunca han escuchado.
LO QUE CREEN LOS MUSULMANES (Y POR LO TANTO LAS MUJERES MUSULMANAS)
Alá no tiene hijos (Corán 112:1-4).
Para los musulmanes, Alá es Dios, pero no padre. No tiene hijos ni hijas. La relación de un musulmán con Alá es similar a la de un amo con su siervo, a quien puede castigar rápidamente. Los musulmanes se esfuerzan con sus obras para ganarse la aprobación de Alá y la máxima recompensa del paraíso. Alá está tan cerca del musulmán como su vena yugular (Sura 50:16), pero es trascendente e incognoscible.
Alá ama al musulmán que hace buenas obras (Corán 2:195), pero no ama al pecador (Corán 2:190).
Basándonos en estos pasajes coránicos, vemos que el amor de Alá no es incondicional. La salvación del islam radica en el valor de las buenas obras de los musulmanes. Si las buenas obras de una mujer musulmana pesan más que las malas en la balanza del Día del Juicio Final (mezan), y si en ese día Alá fuera misericordioso con ella, el paraíso podría ser su recompensa. El paraíso es un lugar donde abundan las comodidades y los placeres, pero no la comunión eterna con Alá. No existe expiación por el pecado en el islam. El juicio se basa en las obras. El Jesús del islam es un gran profeta, nacido de la virgen María, pero no es el Hijo de Dios que murió en la cruz por el pecado de la humanidad. Los textos islámicos niegan que Jesús muriera en la cruz, ya que tal muerte significaría derrota. Alá proveyó una sustitución para él en la cruz y se lo llevó consigo. (Corán 4:157-158)
Jesús regresará a la tierra antes del día del juicio, donde será clave para la islamización mundial. (Corán 43:61, 4:159, y muchos hadices)
El islam enseña a los musulmanes que Jesús fue un gran profeta musulmán y que regresará a la tierra a la hora señalada por Alá. Los musulmanes esperan su regreso como una señal del fin de los tiempos, debido a todo lo que él logrará por el bien del islam antes del Día del Juicio Final. Jesús llevará a cabo la voluntad de Alá en la tierra durante los años que le queden aquí. Se casará, dará muerte al engañador de los últimos tiempos del islam, derrotará al cristianismo y morirá como un humano.
Alá predestina todos los aspectos de la vida de una persona. (Corán 3:26, 6:59, 14:4, 69:2)
Los musulmanes buscan alinearse con la voluntad de Alá, obedeciendo sus mandamientos y prácticas. Cuando las cosas van bien, los musulmanes pueden sentir que es el favor de Dios; si las cosas no van bien, podría ser el castigo de Alá por haber actuado mal. Se trata menos de confiar en el carácter de Alá y más en la propia obediencia y buenas obras. No hay un Espíritu Santo que brinde guianza, pero hay un reino espiritual demoníaco que atrapa a muchos musulmanes que necesitan ayuda para las necesidades más acuciantes de la vida.
NUESTRO PUNTO DE PARTIDA
Tomando en cuenta lo antes dicho, anclamos nuestras súplicas por las mujeres musulmanas en el conocimiento de estas diferencias básicas y muy reales. Por supuesto que existen más diferencias, pero lo más importante de todo es que lleguemos a conocer a Jesús, y sin nuestra participación, ellas no podrán. Oramos porque es la voluntad de Dios que todos los musulmanes (y por lo tanto, todas las mujeres musulmanas) conozcan la verdad acerca de Jesús.
Aunque las creencias y prácticas del islam difieren mucho de las nuestras como cristianas, las mujeres musulmanas se parecen a nosotras más de lo que pensamos. Cuando oramos, no lo hacemos desde lo alto de un pedestal, desprovistas de toda comprensión a nivel personal. Nuestro propósito es orar con humildad (2 Cron. 7:14; Sal. 25:9), específicamente (Jn.17), y con empatía (He. 2:16-18), pidiendo al Señor que revele cualquier área en nuestras propias vidas que también podría necesitar su toque especial.
Una parte importante de estar informadas al interceder por las mujeres musulmanas implica estar conscientes de que las prácticas del islam se basan en las diferencias de género, lo que hace más apropiado y efectivo que las mujeres cristianas alcancen a las musulmanas. La mayoría de las personas desconoce la esencia de esta dinámica. A medida que nos acercamos más a las mujeres musulmanas, aprendemos más sobre esta dinámica y experimentamos las puertas que Dios abre cuando oramos y amamos genuinamente a las mujeres musulmanas, en una amistad al estilo de Cristo.
Mientras tanto, y para mejorar la calidad de nuestras oraciones, nos centraremos en algunas formas reales en que podremos bendecirlas y atraerlas a Jesús. La siguiente lista de oración es un buen punto de partida cuando queremos discernir cómo Dios quiere que oremos por las mujeres musulmanas. Puede usarse para orar por una o por un grupo de mujeres musulmanas en cualquier lugar. La lista se centra en las respuestas que Dios tiene para ellas y abarca la necesidad de la mujer musulmana de Jesús, así como los temores probables y los obstáculos que enfrentan en su viaje hacia él. No se trata de una lista completa, más bien es un intento de encender algunas chispas, que el soplo del Espíritu Santo y nuestra práctica personal avivarán hasta convertirlas en fuertes llamas. Porque él nos amó PRIMERO, y porque él nos ama a TODOS, debemos interceder por todas las mujeres musulmanas que Dios ama y nos da el privilegio de amar.
GUÍA DE ORACIÓN
Ore para que…
dondequiera que ella exista, se convierta en alguien con sed insaciable por la verdad (Jn. 8:32; 14:6; 2 Co. 3:18).
dondequiera que esté, Dios levante amigas, chicas cristianas que compartan su fe con amor en un contexto cristiano.
dondequiera que se encuentre, la iglesia se levante y se esfuerce por recibirla e invitarla con paciencia a pertenecer a la familia de Dios (Is. 43: 1; 1 Co. 3:23).
su experiencia con los cristianos tipifique la hospitalidad que Dios nos extiende a todos (Jn. 13:34; Ef. 2:12).
encuentre al Dios que está siempre cerca, y que es conocible, quien la ve y la ama incondicionalmente (Sal. 119: 151; 145: 18; Hch. 17:27; He. 10:22).
Dios convierta sus temores a la deidad en hambre por su presencia (Sal.119: 81; Jn. 6:35).
sepa que Dios la ama (Sal. 139:1-18; Ro. 8: 35-39; 1 Jn. 4:7-20).
sepa que Dios la escucha (Génesis 21: 14-21, la historia de Agar).
se identifique conscientemente como hija de Dios (Lc. 8:48; 2 Co. 6:18).
a medida que se acerque a Jesús, no tema al rechazo de su comunidad (Jn. 15:18).
su viaje hacia Jesús obligue a otros musulmanes a buscar a Jesús (“Cristo en [ella], la esperanza de gloria”, Col. 1:27).
comprenda el error del islam y sea atraída a la Palabra de Dios (Sal. 119:60; Jn. 17:17).
deje de temer a la muerte y al infierno, sino que se acerque a Aquel que ha conquistado la tumba (2 Ti. 1:10; Ap. 1:18).
dondequiera que esté, Cristo la visite en sueños y visiones, y la atraiga a sí mismo con señales y prodigios (Hch. 2:17, 22).
reciba el perfecto regalo de amor de vida eterna en Cristo, y sea libre de su miedo al mezan del Día del Juicio (balanzas que miden las obras y determinan el castigo y la condenación en esta vida y la próxima) (Ef. 2:8-9).
conozca a Jesús como Padre, Redentor y Rey Venidero (Job 19:25; Is. 63:16; Hch. 1:11; He. 9:28; Ap. 1:5).
crea que todo poder y autoridad se encuentran en Jesucristo (He. 2:14-15; 1 Jn. 3:8b; milagros de Jesús).
comprenda que la magia, los presagios, la hechicería y la adivinación pertenecen al dominio de satanás, y que él está listo para usarlo todo en su contra (Dt. 18:9-14).
no tema a los espíritus malignos ni al mal de ojo, ni a otras maldiciones; más bien, que experimente el poder del Espíritu Santo para vencer las maquinaciones del enemigo (Is. 41:10; Lc. 10:18; Ro. 8:38-39).
Encuentre a Dios digno de confianza, para que pueda vivir por fe y no por vista (Viaje por el desierto en el libro de Éxodo, Sal. 78: 19-20).
Agradecimientos especiales a Joy Loewen, autora de “Woman to Woman: Sharing Jesus with a Muslim Friend” (De mujer a mujer: compartir a Jesús con una amiga musulmana) por proveer el material valioso para enriquecer este artículo.