Cada encuentro cuenta
autora: Diga Hola
¡Cada encuentro cuenta! Lea lo que sucedió cuando una mujer dijo “hola”.
No hace mucho, estaba esperando a que mi esposo saliera de la cirugía en el gran vestíbulo de la planta baja del Swedesh Hospital en Seattle. Había una mujer musulmana allí. Sentí una gran carga por acercarme a ella y llevarle el evangelio, así que oré en silencio: “Señor, ¿cómo puedo alcanzar esta mujer?”
Muy pronto, se me acercó y me preguntó si podía usar mi teléfono celular. Yo estaba más que feliz de prestárselo. Nos sentamos juntas, mientras ella llamaba para saber sobre el auto que la recogería. Cuando colgó y me devolvió el teléfono, empezó a preguntar sobre mis hijos. Le respondí, pero también le hablé de mis nietos. Ella se sorprendió y me dijo que me veía demasiado joven para tener nietos.
Le dije que amo a Dios y que él es bueno conmigo y me mantiene joven. Entonces procedí a hablarle de Jesús. Apenas pude compartirle el evangelio cuando apareció su auto (un conductor masculino). Me despedí y la mantuve en oración. ¡Fue muy emocionante!