El Señor me guió a los musulmanes

autora: Diga Hola

El verano pasado, el Señor me abrió los ojos para ver a los musulmanes como él los ve: personas que necesitan un Salvador. Todos sabemos lo que sucedió el 11 de septiembre, sabemos sobre Abraham e Ismael, y conocemos la visión general estadounidense de los musulmanes: “todos son terroristas.” Sin embargo, mi corazón necesitaba un cambio, ya que yo veía a los musulmanes con sospecha y con poco o ningún afecto.

Había un hombre mayor con barba blanca que trabajaba en una tienda y parecía ser un musulmán del Medio Oriente. El Señor me impulsó a hablar con él y al inicio vacilé porque no quería interactuar con él. Pero luego obedecí y descubrí que es de Bangladesh. Intercambiamos algunas palabras y continuamos relacionándonos. Después de eso, le entregué una copia impresa del evangelio.

Enseño en la escuela y el año pasado había un libro para niños con la imagen de lo que parecía ser una niña musulmana. Me mantuve alejada de “ese” libro, evitando cualquier relación con esa gente del velo, pero el Señor me atrajo al libro nuevamente. Mi corazón estaba cambiando, sensibilizándose para con este nuevo grupo de personas con las que el Señor quería que compartiera su amor.

No tenía ni la menor idea de que él me estaba preparando durante esos meses. El primer semestre, recibí un correo electrónico de alguien que quería hacer su práctica en mi clase. El nombre parecía ser árabe, aunque no estaba segura. Cuando la vi por primera vez, pude recibirla amablemente con su hiyab porque el Señor preparó mi corazón. Nos sentíamos cómodas juntas y hablábamos sin reservas.

Más de una vez, me dijo que no se sentía cómoda en las otras escuelas donde había hecho el resto de sus prácticas. Sintió que no fue bien recibida. Dios me cambió justo a tiempo. ¡A él sea la gloria! Estamos desarrollando una relación: recetas de cocina, amistad, visitas mutuas. Me ha presentado otra amiga musulmana.

Justo cuando llegó la estudiante que está realizando sus prácticas, teníamos un invitado en la iglesia que dirige el ministerio de alcance a los musulmanes. ¿Coincidencia? No lo creo. Él me facilitó material para leer: testimonios, información y consejos sobre cómo interactuar con los musulmanes. Otra amiga misionera me dio más material para aprender a alcanzar este grupo de personas, especialmente mujeres.

Me siento honrada de que el Señor me diera la oportunidad de compartir su amor con un grupo de personas despreciadas, rechazadas y odiadas. Hasta el momento es una familia de cinco, una hermana y un hermano y un hombre mayor. Lo poco se convierte en mucho cuando Dios está en ello.

Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Juan 12:32 (NVI)

Testimonio de Jane*, 2012

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